Es un proyecto de reciclaje, en 2016, de un edificio diseñado en 1982, para adaptarlo a una sucursal electrónica para el Banco de América Central. La remodelación incluyó el interiorismo con la nueva imagen diseñada con los conceptos de modernidad, correspondiente a la banca digital. El BAC, se ha comprometido con la certificación de Carbono Neutral, objetivo logrado desde hace algunos años, para lo cual contribuyó la conceptualización arquitectónica de varios de sus edificios. 

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Decidimos conservar la fachada del edificio existente, la que tenía paños verticales cerrados intercalados con paños abiertos con ventanas verticales de toda su altura. Estas ventanas estaban expuestas a la radiación solar directa por lo que afectaban al alza, el consumo eléctrico de las unidades de aire acondicionado. Se resolvió anteponer a estas ventanas unas pantallas verdes para reducir la incidencia de los rayos solares sobre el vidrio. Varias jardineras a distancias apropiadas con diferentes especies de plantas han desarrollado un adecuado espesor vegetal. Desde el interior, se aprecian los delgados haces de luz que se cuelan entre las hojas. 

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El resultado ha sido una renovación en la ciudad, en su esquina de mayor tráfico, aportando una densa vegetación que comunica una sensación de frescor y presencia de la naturaleza, frente a los sólidos edificios del entorno. Además el BAC comunica, en la esquina frente a la Catedral, su compromiso con la carbono neutralidad con una imagen fuerte e indeleble.

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Es importante destacar que los diferentes verdes de las especies, más el movimiento de las hojas por el viento, produce una ondulación que captura la atención de más de un transeúnte que se detiene a contemplar.   

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